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Abrir un paquete de matcha siempre tiene algo especial: ese color verde intenso y el aroma tan fresco que contiene. El problema viene cuando te acuerdas de que no tienes el batidor de bambú, el famoso chasen. Puede que lo hayas visto en fotos o que lo hayas visto en algún vídeo, pero si todavía no forma parte de tu cocina no tienes que preocuparte en absoluto. En este artículo podrás ver cómo se puede preparar un matcha sin batidor para que puedas recargarte de energía verde todas las mañanas.

¿Qué puedo usar si no tengo un batidor de matcha?

Existen varias formas de preparar tu matcha con utensilios que probablemente ya tengas en casa. Lo importante es entender que el matcha no se disuelve como un café instantáneo; es polvo de té verde que debe suspenderse en agua. Por eso, lo que necesitas es una forma de mezclarlo bien y evitar los grumos.

Una de las formas más prácticas es usar un espumador eléctrico de leche. En pocos segundos tendrás una bebida bastante bien integrada y con espuma aceptable. No es lo mismo que con el chasen, pero cumple su función.

Otra opción también válida es la coctelera. Si tienes una en casa, puedes añadir el matcha con agua caliente, cerrar bien la tapa y agitar con energía. Si no tienes coctelera, un tarro con tapa también te puede servir. Eso sí, asegúrate de cerrar bien el recipiente, recuerda que el matcha no está pensado para decorar azulejos.

También puedes recurrir a una batidora de mano. Aunque suele ser un poco más aparatoso, el resultado es bastante bueno. Al batir, los grumos desaparecen y el matcha queda listo para disfrutarlo. Lo más incómodo es que después tienes que lavar el aparato, lo cual a veces da más pereza que el propio ritual de preparar el té.

Si no tienes ninguno de estos utensilios, siempre queda la opción más básica: un tenedor o una cuchara. El resultado será un matcha menos cremoso y con más posibilidad de grumos, pero sirve si no te queda otra opción.

¿Es obligatorio batir el matcha?

Aquí es donde muchos se hacen un lío. ¿De verdad hace falta batirlo o basta con revolver un poco y ya está? El matcha no es como el café soluble ni como el cacao en polvo. No se disuelve por completo en el agua, sino que queda en suspensión. Si no lo bates, lo más probable es que acabes con grumos y con un poso verde acumulado al fondo de la taza.

Cuando lo bates correctamente, la textura cambia por completo. El té se vuelve mucho más suave, aparece una capa de espuma fina y los sabores se integran de manera más equilibrada. Al contrario, cuando apenas lo mezclas, se notan pequeños grumitos y el sabor resulta más amargo.

Así que, ¿es obligatorio? No, no lo es. Puedes preparar un matcha sin batirlo y técnicamente seguirá siendo té matcha. Pero lo cierto es que pierde gran parte de su encanto. La espuma y la textura sedosa no son un mero detalle estético: forman parte de la experiencia. En Japón, el acto de batir el té es tan importante como beberlo.

Dicho de otra forma: puedes tomarlo sin batir, pero sería como comerte un plato de pasta sin salsa. Cumple su función, llena el estómago, pero nunca va a ser lo mismo.

¿Por qué al final el chasen es la mejor opción?

Después de probar todas las alternativas, queda claro que ninguna consigue exactamente lo mismo que el batidor de bambú. El chasen no es un capricho ni un invento decorativo, sino una herramienta diseñada específicamente para el matcha.

Las varillas del chasen generan una espumita muy delicada con burbujas pequeñas que permanecen durante más tiempo. Esa espuma no es solo bonita, también hace que la bebida se sienta más ligera y deliciosa al paladar.

Y si te preocupa la durabilidad, debes saber que un chasen de calidad bien cuidado puede durar muchísimo tiempo. Solo necesitas enjuagarlo después de usarlo y dejarlo secar al aire. No requiere grandes complicaciones y, a cambio, mejora mucho la experiencia de preparar té.

En resumen, el chasen no solo consigue la espuma más fina y uniforme, también añade un valor simbólico que no obtienes con una batidora o una coctelera. 

Es muy recomendable utilizar el chasen para el matcha

Si un día te apetece un matcha y no tienes chasen, no te quedes con las ganas. Puedes usar un espumador eléctrico, una coctelera, una batidora o incluso un tenedor. El resultado no será idéntico, pero seguirás disfrutando de la energía natural y el sabor del té matcha.

Ahora bien, si de verdad quieres vivir la experiencia completa, hazte con un batidor de bambú. No es caro, no ocupa mucho espacio y transforma el proceso de preparar matcha en algo más que una simple mezcla de agua y polvo verde. El chasen no es imprescindible para beber matcha, pero sí para entender por qué esta bebida se ha convertido en un ritual tan apreciado.

La próxima vez que alguien te diga que no se puede preparar matcha sin “ese batidor raro”, ya sabes qué contestar. Claro que se puede, pero con el chasen todo cambia: la espuma, la textura, el sabor y hasta la sensación de estar haciendo algo especial.

Y tú, ¿prefieres un matcha exprés o uno preparado con toda la calma del ritual tradicional?

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