Te presentamos a tu nueva amiga: la Caléndula

La caléndula, Calendula officinalis, esa flor amarilla y naranja que quizás hayas visto en algún jardín, es mucho más que una cara bonita. Esta planta tiene una historia fascinante y unas propiedades que te van a sorprender. 

Aunque no está del todo claro quién fue la primera persona que descubrió las propiedades de la caléndula, se sabe que esta planta se ha utilizado desde tiempos antiguos, tanto en Europa como en Asia y el Mediterráneo. Los egipcios la valoraban por sus propiedades curativas, y en la India se ha utilizado en la medicina ayurvédica durante siglos.

La caléndula no es solo conocida por sus propiedades medicinales, sino también por su significado cultural y simbólico en diferentes partes del mundo. Esta flor, con sus preciosos tonos amarillo y naranja, ha sido durante siglos un símbolo de amor y respeto en muchas culturas. Se utiliza en ceremonias y rituales para expresar afecto y cariño, siendo un regalo popular en ocasiones especiales.

Además, también es famosa por su supuesta capacidad de traer buena suerte y protección. En algunas tradiciones, se cree que tener caléndulas en casa o llevarlas consigo puede actuar como un amuleto para alejar las energías negativas y atraer fortuna y éxito. Esta creencia se extiende a la idea de que la caléndula puede proteger contra el mal de ojo y otros tipos de malas vibraciones.

En el ámbito de la jardinería, la caléndula gusta mucho no solo por su belleza y facilidad de cultivo, sino también por su capacidad para atraer insectos beneficiosos y repeler plagas, lo que la hace tremendamente valiosa en los huertos y jardines orgánicos. Su presencia no solo embellece el paisaje, sino que también contribuye a un ecosistema más saludable y equilibrado.

¿Para qué sirve la caléndula?

La caléndula, con su aspecto sencillo pero elegante, es una de las grandes reinas del universo de la fitoterapia. Su capacidad cicatrizante la convierte en una opción ideal para tratar todo tipo de heridas y cortes, ayudando a la piel a regenerarse de manera eficaz y natural. Además, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas, es una solución perfecta para aliviar irritaciones cutáneas, desde pequeñas rozaduras hasta condiciones más complicadas como eczemas y psoriasis.

Si seguimos con la lista de beneficios, añadiremos que es un potente antioxidante, lo que significa que combate los radicales libres y ayuda a mantener la piel joven y saludable. Además, su efecto calmante es un verdadero alivio en casos de inflamaciones o dolor, ya sea aplicada directamente sobre la piel o tomada en forma de infusión.

Su versatilidad también se extiende a su uso interno. Como analgésico, la caléndula puede ayudar a aliviar dolores leves, como los menstruales o los musculares, y su acción calmante es ideal para disminuir el estrés y la ansiedad, contribuyendo a una sensación general de bienestar.

Es una planta tan potente que la hemos incluido en productos como nuestra Tisana Quemagrasas y el Té de Kombucha. En la Tisana, la caléndula ayuda a aumentar la sensación de saciedad y a estimular el gasto calórico. En el Té de Kombucha, contribuye a fortalecer el sistema inmunológico y a reducir el estrés.